Heracles y Telefo. Copia romana en mármol (siglo I-II d.C.) de un original griego (siglo IV a.C.). Museo del Louvre (París, Francia).
En el rico lienzo de la mitología griega, pocas historias resuenan tan intensamente como la de los Heracleidas, los descendientes del legendario héroe Heracles. No se trata simplemente de un registro genealógico, sino de una épica narración de desalojo, vagabundeo y eventual regreso, una historia que se entrelazó inextricablemente con cambios cosmogónicos en el antiguo mundo griego. Los Heracleidas, desterrados de su patria, el Peloponeso, tras la muerte de su glorioso antepasado, encarnaron la perseverancia y la reivindicación de su legado. Su trayectoria, llena de dificultades y batallas, constituye un capítulo central de la historia mítica, iluminando los movimientos de poblaciones, las reconfiguraciones políticas y la formación de los reinos que dominaron en la época clásica. La historia de su regreso, a menudo identificada con la llamada “Descenso de los Dorios”, explica mitológicamente la dominación de las tribus dorias en regiones como Esparta, Argos y Mesenia. Los mitos que rodean a los Heracleidas, adornados con intervenciones divinas, actos heroicos y trágicas pérdidas, ofrecen una fascinante mirada a las percepciones de los antiguos griegos sobre el origen, la justicia y el destino (Papathomas). Comprender su historia es esencial para captar la transición de la época micénica a la época arcaica y clásica de la historia griega.
El héroe Heracles, del cual descendían los Heracleidas, con su protectora Atenea. Interior del cáliz, obra de Douris. Colecciones Arqueológicas Estatales (Múnich, Alemania).
El Linaje de Hércules: ¿Quiénes Eran los Heráclidas?
Dentro del vasto universo de la mitología griega, los Heráclidas ocupan un lugar central como los numerosos descendientes del héroe por excelencia, Hércules (Heracles para los griegos). Nacido de la unión del dios supremo Zeus y la mortal Alcmena, Hércules tuvo una extensa prole con diferentes mujeres a lo largo de su agitada existencia. Aunque su descendencia era amplia (Collectif et al.), la narrativa mítica conocida como el “Retorno de los Heráclidas” se enfoca principalmente en aquellos que, tras la muerte del héroe, buscaron recuperar su herencia ancestral en el Peloponeso. Figuras clave incluyen a Hilo, hijo de Hércules y Deyanira, y a sus propios descendientes, quienes liderarían la conquista final. La historia de los Heráclidas es una epopeya de exilio, perseverancia y reivindicación que marcó profundamente el imaginario y la historia de la antigua Grecia.
La Persecución de Euristeo: Años de Exilio
Tras la muerte y apoteosis (deificación) de Hércules, sus hijos se vieron en una posición precaria. El principal instigador de sus desgracias fue Euristeo, rey de Micenas y Tirinto, primo de Hércules y el mismo que le había impuesto los famosos Doce Trabajos. Temeroso de que los poderosos Heráclidas reclamaran el trono que consideraban suyo por derecho de sangre, Euristeo desató una persecución implacable. Exigió a diversas ciudades griegas que les negaran refugio, amenazando con la guerra a quienquiera que los acogiera.
Bajo la guía inicial de Yolao, sobrino y fiel compañero de Hércules, y de Alcmena, la madre del héroe, los Heráclidas buscaron asilo primero en Traquis, con el rey Ceix. Sin embargo, la presión de Euristeo los obligó a marcharse. Su peregrinaje los llevó finalmente a Atenas, ciudad conocida por su hospitalidad y defensa de los suplicantes.
Refugio en Atenas y la Caída del Tirano
En Atenas, gobernada por Teseo (o sus hijos, según la variante del mito), los Heráclidas encontraron protección. Este acto de valentía y justicia atrajo la ira de Euristeo, quien invadió el Ática al frente de su ejército, exigiendo la entrega de los descendientes de Hércules. La confrontación era inevitable.
La batalla decisiva, a menudo situada en los campos de Maratón, vio a los atenienses, reforzados por la valía guerrera de los Heráclidas (especialmente Hilo, ya adulto), obtener una victoria contundente sobre las fuerzas micénicas. El propio Euristeo encontró su fin: algunas versiones narran que murió en combate a manos de Hilo, mientras que otras sostienen que fue capturado y ejecutado posteriormente, quizás por orden de una vengativa Alcmena. La tragedia “Los Heráclidas” de Eurípides inmortalizó estos eventos, subrayando la importancia del asilo y la justicia divina. Con la muerte de su perseguidor, parecía allanarse el camino para el retorno al Peloponeso.
Intentos Fallidos y el Enigma del Oráculo
El regreso a la tierra ancestral no fue inmediato ni sencillo. El primer intento, liderado por Hilo, fracasó estrepitosamente. Hilo había consultado al oráculo de Delfos, que le indicó regresar “después del tercer fruto” y por “un paso estrecho por mar”. Interpretando erróneamente que “tercer fruto” significaba tres años y “paso estrecho” se refería al Istmo de Corinto, Hilo intentó forzar el paso. Fue derrotado y muerto en combate singular por Equemo, rey de Tegea. Tras esta derrota, los Heráclidas se comprometieron, mediante juramento, a no intentar regresar durante un largo período (cincuenta o cien años, según las fuentes).
La Generación Decisiva y la Conquista del Peloponeso
Pasaron las décadas, y una nueva generación de Heráclidas, descendientes directos de Hilo –los hermanos Témeno, Cresfontes y Aristodemo–, decidió que era el momento de cumplir su destino.
Descifrando el Oráculo y Cruzando el Estrecho
Volvieron a consultar a Delfos y esta vez comprendieron el verdadero significado: “tercer fruto” se refería a la tercera generación desde Hilo, y el “paso estrecho por mar” aludía al estrecho de Rion-Antírion, que separa el Golfo de Corinto del Golfo de Patras. Otro oráculo les instruyó buscar a un “hombre de tres ojos” como guía. Lo encontraron en Óxilo, un exiliado etolio tuerto que montaba un caballo (con dos ojos), sumando así los tres ojos requeridos. Con la guía de Óxilo y una flota construida en Naupacto, los Heráclidas y sus aliados dorios cruzaron finalmente el estrecho, desembarcando en el Peloponeso.
La Caída de Tisámeno y el Reparto de Tierras
Su principal oponente en el Peloponeso fue Tisámeno, hijo de Orestes y nieto de Agamenón, quien reinaba sobre Argos, Micenas y Esparta. Los ejércitos invasores derrotaron a Tisámeno, quien murió en la lucha. Tras la victoria, los tres líderes Heráclidas (Témeno, Cresfontes y los hijos gemelos de Aristodemo, Eurístenes y Procles, ya que su padre había muerto fulminado por un rayo antes de la victoria final) decidieron repartirse las tierras conquistadas mediante sorteo.
- A Témeno le correspondió Argos y la Argólida.
- A los gemelos Eurístenes y Procles les tocó Lacedemonia (Esparta), instaurando así la diarquía (doble monarquía) característica de la ciudad.
- Cresfontes obtuvo la fértil Mesenia.
- Su guía, Óxilo, recibió Élide como recompensa.
Este reparto mítico sirvió como relato fundacional para explicar el origen de los principales reinos dorios del Peloponeso histórico.
La “Invasión Doria”: Entre el Mito y la Historia
La narrativa del retorno de los Heráclidas está íntimamente ligada al concepto de la “Invasión Doria”, un término usado por los historiadores para describir los profundos cambios que ocurrieron en Grecia al final de la Edad del Bronce Micénica (hacia el 1200 a.C.). El mito presenta esta transformación como una conquista militar liderada por los descendientes de Hércules.
Sin embargo, la visión histórica moderna es más matizada. Se debate si realmente ocurrió una invasión doria como tal, entendida como una migración masiva y violenta (Hall). Algunos estudiosos proponen modelos alternativos que incluyen movimientos poblacionales más graduales, conflictos internos entre las élites micénicas, cambios climáticos o una combinación de factores. La arqueología muestra tanto signos de destrucción en algunos centros micénicos como de continuidad en otros, lo que dificulta una interpretación única. La aparición de nuevos estilos cerámicos (Submicénico y Protogeométrico), cambios en los ritos funerarios y la adopción del hierro son fenómenos complejos cuya relación causal con la llegada de nuevos grupos poblacionales es objeto de continua discusión académica.
Consolidación y Legado de los Reinos Heráclidas
La implantación de los Heráclidas en sus nuevos dominios no estuvo exenta de conflictos internos y externos.
Esparta: La Diarquía Singular
En Esparta, los descendientes de los gemelos Eurístenes (la dinastía Agíada) y Procles (la Euripóntida) establecieron la famosa diarquía que perduraría siglos. La ascendencia divina a través de Hércules otorgaba una legitimidad incuestionable a los reyes espartanos.
Argos: Conflictos Dinásticos
En Argos, Témeno favoreció a su yerno Deifontes sobre sus propios hijos, lo que provocó que estos lo asesinaran. A pesar de esta sangrienta disputa inicial, la dinastía heráclida (los Teménidas) gobernó Argos durante un tiempo considerable.
Mesenia: Un Reinado Trágico
Cresfontes intentó gobernar Mesenia de forma más equitativa, integrando a la población local con los conquistadores dorios. Esta política le granjeó la enemistad de la aristocracia doria, que conspiró para asesinarlo junto a sus hijos. Solo sobrevivió el menor, Épito, quien años más tarde lograría vengar a su padre y recuperar el trono mesenio.
La Expansión del Mito Heráclida
La reivindicación de un linaje heráclida no se limitó al Peloponeso. Tlepólemo, otro hijo de Hércules, ya se había establecido como rey en Rodas. Más significativo aún es el caso de la dinastía Argéada de Macedonia, a la que perteneció Alejandro Magno, que fundamentaba su legitimidad en su supuesta descendencia de Témeno de Argos y, por ende, de Hércules. También en Corinto, la poderosa familia de los Baquíadas, aunque dorios, se consideraban emparentados con los Heráclidas. Estas genealogías míticas, aunque históricamente dudosas, demuestran el enorme prestigio asociado a Hércules y cómo las élites gobernantes utilizaban estas leyendas para justificar su poder y estatus (Papathomas). Las representaciones artísticas del propio Hércules y sus hazañas reforzaban este legado heroico (Gogos).
Mapa de la expansión de los dialectos griegos antiguos (basado en Woodard/Risch). En naranja, las áreas dorias que el mito relaciona con los Heracleidas.
Epílogo
La historia de los Heracleidas, los legendarios descendientes de Heracles, trasciende los límites de una simple narración mitológica. Funcionó como un mito fundamental de origen para algunas de las ciudades-estado más poderosas de la antigua Grecia, principalmente Esparta, Argos y Mesenia, así como para dinastías como los Argeadas de Macedonia. Su épica trayectoria – desde la injusticia del exilio, las penurias del vagabundeo y finalmente el triunfante, aunque sangriento, regreso a la patria ancestral del Peloponeso – encarnó ideales como la perseverancia, la búsqueda de justicia y la importancia del legado heroico. Inextricablemente vinculada a la controvertida “Descenso de los Dorios”, la historia de los Heracleidas intentó explicar las grandes reconfiguraciones que marcaron la transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro en el espacio helénico, moldeando el mapa político y cultural de la Grecia clásica.
La sombra de Heracles pesa sobre sus descendientes. La historia de los Heracleidas es una narración sobre la herencia, la reivindicación y el destino.
Preguntas Frecuentes
H3: ¿Quiénes son considerados Heracleidas en la mitología griega?
Respuesta: En la mitología griega, se denominan Heracleidas todos los descendientes del semidiós Heracles. Aunque Heracles tuvo muchos hijos, la narración del “Regreso” (o “Descenso”) se centra principalmente en los hijos y nietos que, tras su muerte y su exilio, reclamaron y finalmente conquistaron los reinos del Peloponeso, como Hilo, Temeno, Cresfón y los gemelos fundadores de Esparta.
H3: ¿Hay una base histórica en el mito del regreso de los Heracleidas?
Respuesta: La historicidad del regreso de los Heracleidas, tal como se describe en la mitología griega, es objeto de debate. Muchos historiadores vinculan el mito con los movimientos de los dorios a finales de la época micénica. Sin embargo, se cuestiona si se trata de un registro preciso de eventos o de un mito posterior que buscaba legitimar el poder de los descendientes dorios de Heracles.
H3: ¿Qué relación tiene la historia de los descendientes de Heracles con Esparta?
Respuesta: La relación es fundamental para la mitología griega y la historia de Esparta. Las dos casas reales de Esparta, los Agíadas y los Euripontíadas, afirmaban descender directamente de los gemelos Heracleidas Euristeo y Procles, hijos de Aristódemo. Este linaje heracleida confería sacralidad y prestigio a la única doble monarquía de la ciudad.
H3: ¿Por qué Euristeo persiguió a los Heracleidas?
Respuesta: Según la mitología griega, Euristeo, rey de Micenas, fue quien encargó los trabajos a Heracles. Tras la muerte del héroe, Euristeo temió que los numerosos y poderosos Heracleidas, como legítimos herederos de su antepasado, reclamaran el trono de Argos y Micenas. Este miedo lo llevó a exiliar y perseguir a los descendientes de Heracles.
H3: ¿Cómo se repartió el Peloponeso entre los Heracleidas?
Respuesta: Tras la exitosa invasión y la derrota de Tisamenos, los tres principales líderes de los Heracleidas repartieron las áreas conquistadas del Peloponeso por sorteo, según la mitología griega. Temeno recibió Argos, los hijos de Aristódemo (Euristeo y Procles) la Laconia (Esparta), y Cresfón Mesenia.
Bibliografía
- Collectif, Corinne Bonnet, y Colette Jourdain-Annequin. Le Bestiaire d’Héraclès: IIIe Rencontre héracléenne. Presses universitaires de Liège, 2013.
- Gogos, Savvas. “El” antiguo teatro de Dionisio: forma arquitectónica y…. Ministerio de Cultura, Fondo de Recursos Arqueológicos y Expropiaciones, 2005.
- Hall, Jonathan M. Identidad Étnica en la Antigüedad Griega. Cambridge University Press, 2000.
- Papathomas, Amfilochios. “El” primer libro de las Historias de Heródoto: recuerdos, mitos…. Ediciones Stamoulis, 2015.