Centauros: los seres semidioses

Centauros: Criaturas míticas con cuerpo de caballo y torso de hombre.
Representación de centauros en un vaso etrusco de Zograph de París, 575-550 a.C., Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Los centauros, criaturas míticas de la antigua mitología griega, son uno de los seres más icónicos y enigmáticos del mundo antiguo. En parte humanos y en parte caballos, simbolizan la naturaleza bifronte del hombre, en equilibrio entre el instinto y la razón. Sus orígenes apuntan a la unión de Ixión y una forma nubosa de Hera, Nefelio, conjurada por Zeus. Los centauros poblaban las regiones montañosas de Tesalia, especialmente Pelión, y a menudo se les representaba como animales salvajes e incontrolables. Sin embargo, había excepciones a la regla de bajeza y brutalidad de los centauros. La más notable de estas excepciones fue Quirón, un centauro sabio conocido tanto por su sagacidad como por sus habilidades médicas. La presencia de centauros en el arte y la mitología de la antigua Grecia subraya la longevidad de la fascinación que evocan y evidencian estas criaturas híbridas.

El origen y la naturaleza de los centauros

Las criaturas de la mitología griega, los centauros, son una de las partes más intrigantes del antiguo panteón griego. Su naturaleza, que combina lo humano y lo animal, ha parado en el interés y la imaginación de los mortales durante milenios.
Los centauros tienen un árbol genealógico tan intrincado como su naturaleza. El mito más común dice que fueron engendrados por Ixión, rey de los lapitas, y una forma nebulosa de Hera, creada por Zeus para mantenerle ocupado en una especie de amor puro que, en este caso, no es tal. Esta extraña historia subraya el nacimiento dual y el carácter bisagra de los centauros. No son ni totalmente divinos ni completamente mortales. En nuestra etimología, los centauros encarnan la bestialidad que la humanidad debe controlar. Se sitúan a un paso, a un salto, de la pura y controlada humanidad. Sin embargo, hay otras versiones.

Algunos mitos los hacen hijos de Apolo y Stilbys, mientras que algunos otros los hacen hijos de Saturno, y tal vez por eso tienen una naturaleza tan compleja.
El centauro es, pues, una mezcla de componentes humanos y equinos. La anatomía de el de arriba es humana; la de abajo, equina. ¿Qué un físico ha dicho de sus fieras potencias y feras velocidades? Que son criaturas que se montan unas a otras y, en caso necesario, pelean en y sobre la caballería. Esa es la fatigada y aleccionadora discurso, la que pasa de un intelecto a otro. La que va diciendo que los centauros son, en el fondo, figuras de lo viril. Un centauro como Quirón, que es sabio (y además, es bueno, lo que no se guarda en el aspecto de otro centauro, que es el guapo y el fuerte), resulta, como dice Jan Bremmer, una figura casi griega en lo que de sensible y de intelectual encierra. Y ya que estamos con Quirón (y con sus efígies como el nudillo, el Clavicordio o las Lecciones de Gramática), me pregunto por qué ha de ser el maestro de héroes (Hércules, por caso) una figura que la Pequeña Historia, encarnada por el Asno Sagrado, nos muestra como un moloch. ¿Por qué ha de ser Moisés el íntimo personaje de un cuento moral?

El significado simbólico de los centauros en el pensamiento antiguo

El universo simbólico del pensamiento griego antiguo sitúa a los centauros en una posición especial. Como criaturas con dos naturalezas, son perfectas para ahondar en la exploración de lo que significa ser humano y en el tipo de conflictos de los que está plagada la condición humana.
Los centauros, en el plano del simbolismo social, representan el contraste entre los seres civilizados y los salvajes. Sus comportamientos -que van de la violencia extrema a la sabiduría profunda- reflejan el abanico de posibilidades humanas y la lucha entre la razón y la pasión.
Los centauros son salvajes. Para ser más precisos, simbolizan el poder incontrolable del mundo natural. Por supuesto, son mucho más que eso. Pero este aspecto de su naturaleza destaca especialmente en el análisis de Alexander Scobie en su artículo «Los orígenes de los ‘centauros'» (Scobie). Scobie analiza la posibilidad de que los centauros sean una representación del vínculo fundamental de la humanidad con la naturaleza, un vínculo que, según sugiere, está debilitado en el mundo moderno y civilizado.
Los centauros existen en el pensamiento griego antiguo más allá del ámbito del mito. Se encuentran en el mundo de la filosofía, donde sirven como metáforas de la naturaleza humana y de los obstáculos morales que la humanidad debe superar. Platón, por ejemplo, emplea la figura del centauro en su obra Politia para elaborar el concepto de las diferentes partes del alma y sus relaciones.

La importancia simbólica de los centauros llega incluso al arte. Sus imágenes en jarrones, esculturas y murales no son simplemente decorativas; a menudo transmiten profundas afirmaciones sobre la condición humana y nuestra posición existencial.
En resumen, los complejos orígenes, la singular anatomía y la rica vida simbólica de los centauros los convierten en los componentes más interesantes y vitales de la antigua mitología griega. Su enorme popularidad es la razón por la que el centauro ha entrado en la cultura moderna. Se ha convertido en una abreviatura de la mitología griega y del tipo de percepciones de la naturaleza humana que pueden proporcionar los relatos antiguos.

El sabio centauro y maestro de héroes
Hidria ática pintada a tinta que representa a Hércules y al centauro Folo, hacia 520-510 a.C., Museo del Louvre.

Los centauros en la mitología y la literatura griegas

La intensidad y el carácter polifacético de los centauros en la mitología y la literatura griegas son encantadores. Estos seres híbridos de la mitología han dado lugar a un gran número de historias, leyendas y representaciones artísticas a lo largo de milenios. Muchos centauros aparecen en los mitos de la antigua Grecia, pero ninguno tanto como en el de Hércules y los centauros. Este famoso relato cuenta la vez en que Hércules, a pesar de sus desventuras con el vino y las mujeres, hizo una visita a Follo, un centauro que al parecer servía de avatar de la naturaleza salvaje y revoltosa de la raza de los centauros. Follo ofreció a Hércules un poco de vino, que claramente había sido almacenado en una cueva común de centauros, ya que sólo un centauro ofrecería una bebida tan apestosa a un invitado.
Otro mito significativo es el de Nessos y Dioneira. Nessos, un centauro, intentó secuestrar a Dioneira, la esposa de Heracles, mientras la ayudaba a cruzar un río. Al darse cuenta de la treta del centauro, Hércules mató a Nessos con una flecha envenenada. En un último plan de venganza, el centauro moribundo le dijo a Dioneira que utilizara su sangre como poción de amor, en lugar de como lo que realmente era, una poderosa toxina.

Quirón es único entre los centauros. Se distingue tanto por su sabiduría como por su virtud. Conocido como el «justo de los centauros», Quirón no sólo se diferenciaba de sus congéneres en la crianza (tiene un árbol genealógico divino), sino también en la personalidad. Su padre era Cronos, un dios griego tan poderoso como infame. Engendró muchos hijos (incluido Zeus), normalmente con resultados trágicos. Quirón, sin embargo, tuvo suerte. Era hijo de Cronos y de la oceánide Filis, lo que le otorgó ascendencia divina.
Quirón era famoso por sus vastos conocimientos en muchas áreas, como la medicina, la música, la astronomía y la adivinación. Su cueva en el monte Pelión se convirtió en una escuela de renombre, donde educó a muchos héroes griegos conocidos, como Aquiles, Jasón y Asclepio.
El legado que Quirón dejó a la mitología griega es inestimable. No sólo enseñó artes prácticas, sino que también transmitió un mensaje poderoso, potente, casi profético, sobre la naturaleza de los humanos y la naturaleza del bien y del mal. Es una figura poderosa no sólo por la forma en que abarcaba lo humano y lo divino, sino también por la forma en que abarcaba la civilización y la naturaleza. Es una figura de equilibrio, una figura de sabiduría.

La batalla de los centauros y los lapitas

Quizá el episodio más famoso de la mitología de los centauros sea la batalla con los lapitas, conocida como la Batalla de los Centauros. Este conflicto, que tuvo lugar durante el matrimonio del rey lapíteo Pireo con Hipodamia, es una alegoría del choque entre civilización y barbarie.
Según cuenta la leyenda, los centauros fueron invitados a la boda pero se emborracharon e intentaron llevarse a la novia y a otras mujeres lapitanas. Este intento de rapto instigó un conflicto salvaje y violento, en el que los lapitanos, bajo la dirección de Teseo, consiguieron -tras un esfuerzo considerable y una buena cantidad de combates- derrotar a los centauros y expulsarlos de Tesalia Muchas obras de arte antiguo y moderno representan la batalla de los centauros, aunque se debate si los centauros son los temas apropiados del arte antiguo para este acontecimiento. ¿En qué ocasiones se mostraba a los antiguos púgiles en el arte? ¿Qué intentaban transmitir los escultores antiguos a través de sus representaciones de figuras humanas enzarzadas en una batalla? Cuando consideramos estas cuestiones teniendo en mente la batalla de los centauros, creo que el valor simbólico de ese acontecimiento se hace más evidente.

Los centauros no sólo están presentes en la mitología y la literatura griegas; son altamente simbólicos. Estas criaturas encarnan el conflicto entre naturaleza y cultura, razón y pasión, lo que hoy podríamos llamar «la naturaleza del hombre». Los antiguos griegos utilizaban a los centauros en sus historias para explorar no sólo conceptos narrativos sino también filosóficos y morales profundos, creando una rica tradición que sigue inspirando y reflexionando sobre ese conflicto hasta nuestros días.
La complejidad y ambigüedad de los centauros los mantiene vivos en el imaginario colectivo. Nos recuerdan la lucha constante entre los diversos aspectos de la naturaleza humana. Su resonancia atemporal demuestra el poder del mito para expresar verdades profundas sobre la condición humana. Por ello, los centauros no son sólo criaturas míticas, sino también espejos de la humanidad.

La influencia de los centauros en el arte y la cultura

Con una presencia impresionante y un significado simbólico, los centauros han dejado una huella duradera en el arte y la cultura desde el mundo antiguo hasta nuestros días. Son lo que podría llamarse una obviedad en cuanto a ser el tipo de figuras que los artistas pueden utilizar para demostrar su destreza en el dibujo de figuras o la pintura. La estructura básica está repleta de desafíos para un artista, y los centauros aparecen con suficiente frecuencia en la historia del arte como para que parezcan servir como una especie de taquigrafía entre los artistas para mostrar sus habilidades en el dibujo de figuras.
Los centauros ocupan un lugar destacado en el arte griego antiguo. Se encuentran en gran número en pinturas de jarrones, esculturas y elementos arquitectónicos. De todas las diversas formas de representación, la más popular y la más utilizada puede llamarse la «batalla de los centauros». Se trataba de la batalla épica entre centauros y lapitanos.

Las metopas del Partenón sirven de excelente ejemplo al representar la Centauromaquia. Esta batalla entre lapitas y centauros se muestra específicamente en el lado sur del templo. Mientras que los otros lados presentan diferentes escenas mitológicas: la Guerra de Troya en el norte, la Gigantomaquia en el este y la Amazonomaquia en el oeste. Este enfrentamiento entre lapitas y centauros representa el triunfo de la civilización sobre la naturaleza salvaje, aunque no se trata de una batalla contra monstruos propiamente dichos, sino contra seres híbridos que combinaban naturaleza humana y animal.

Los centauros aparecen representados en diversas escenas de la cerámica. A menudo se les representa en el acto de cazar, o en el acto de luchar, o en alguna escena de la mitología básica. Su representación evoluciona con el tiempo, desde formas más básicas y primitivas hasta formas más refinadas y supuestamente precisas, al menos en términos de anatomía humana, a la hora de representar a un centauro.

El análisis de los centauros realizado por Gregory Nagy ayuda a arrojar luz sobre la antigua concepción griega de la naturaleza y la cultura. «Los centauros», escribe Nagy, «en el arte, funcionan como símbolos del delicado equilibrio entre el elemento humano y el animal». Estas «criaturas mitad caballo, mitad hombre», continúa, «han sido vistas, especialmente en los tiempos modernos, como emblemas no del equilibrio sino de la ausencia de equilibrio.»
La influencia de los centauros no se limita a la antigüedad. En la literatura contemporánea y en la cultura popular, estos seres legendarios siguen siendo fuente de inspiración y fascinación.

En la literatura de tipo fantástico, los centauros suelen aparecer como criaturas enigmáticas y sagaces. Un ejemplo estándar se encuentra en la serie de tomos de Harry Potter de J.K. Rowling, donde los centauros son retratados como criaturas de soledad y orgullo, una especie de vocación casi noble; sin embargo, también son representados como algunos de los candidatos más probables para promulgar una política de «no me pisen», un matiz que amenaza con enturbiar la política en el mundo del futuro cercano de la serie.
En el cine y en la pequeña pantalla, los centauros han sido representados de diversas formas. Desde los dibujos animados hasta los largometrajes de fantasía épica, la imagen del centauro se transforma para adaptarse a las necesidades de cada historia, pero conserva una esencia de potencia y enigma que lo convierte en una criatura de la noche; si tiene que ser algo, que no sea humano.
Los centauros son personajes habituales en los videojuegos y juegos de rol. A menudo aparecen como sabios consejeros y, no pocas veces, como guerreros. ¿Y por qué no? Su doble naturaleza -caballo y humano- ofrece algunas oportunidades únicas para el desarrollo de personajes y líneas argumentales.

El encanto intemporal de los centauros

Una variedad casi infinita de formas y combinaciones hay en los centauros. No hay dos relatos de centauros iguales, y en nuestros propios mitos y relatos, recurrimos a estos seres híbridos para que cumplan con nuestro mandato cultural y natural más básico: resolver la eterna lucha entre el instinto y la razón, la naturaleza y la cultura.
En la época actual, los centauros reciben nuevas interpretaciones y simbolismos. Se les usa como metáforas de la condición humana en un mundo que cambia velozmente. Su mezclada naturaleza es un reflejo perfecto de lo que ahora llamamos nuestra «Edad de Hierro», donde los límites entre lo natural y lo artificial, lo humano y lo mecánico, son cada vez más imposibles de discernir.

Los centauros son abundantes en recursos que permiten un profundo análisis en psicología y filosofía. Simbolizan la intrincada dualidad de la naturaleza humana, la cohabitación de los opuestos y la búsqueda incesante del equilibrio entre las diversas facetas de nuestra identidad.
Los centauros repercuten en el ámbito de la ciencia y la tecnología. El término «centauro» cumple la función de metáfora en múltiples disciplinas científicas, incluso en los dominios de la informática y la inteligencia artificial, al describir ciertos estados o sistemas híbridos que combinan características diferentes e, incluso, a veces, contradictorias o complementarias.
El mañana hacia el que avanzamos, en el que la biología y la tecnología estén unidas por la cadera, sigue manteniendo al centauro como un símbolo de una posible síntesis y transformación de lo que ahora es. El centauro, en la esperanza de que lo que ahora son opuestos puede tender puentes, puede también servir de símbolo a la naturaleza humana en la búsqueda de un escalón hacia el próximo nivel.
En síntesis, desde la antigua mitología griega hasta la cultura pop contemporánea, los centauros y lo que representan, siguen cautivándonos. Su atractivo invariablemente fresco es un testimonio del antiguo poder del mito para transmitir profundas y esenciales verdades sobre la condición humana. Siendo símbolos de la inextricable complejidad y contradicción que caracteriza nuestra existencia, los centauros siguen habitando el imaginario colectivo, tal vez más intensamente ahora que nunca, con potencialmente trascendentales consecuencias para nuestro pensamiento.

Esas figuras escurridizas de la mitología griega -los centauros- son un símbolo tan antiguo como la propia humanidad que representa la naturaleza y el conflicto que hay en el interior de cada uno. Merecen ser estudiadas, y su arte y su historia son lo bastante amplios y ricos como para que lo hagan en serio. Desde las épicas batallas del pasado mitológico hasta las interpretaciones artísticas actuales, los centauros están siempre presentes en nuestra cultura. Y por una buena razón. Lo que retratan en todo lo que hacen -y lo que hacen es, como saben, una sucesión bastante ininterrumpida de escenas que bien podrían ser tituladas «Peleas entre hombres y mujeres a caballo»- es una figura atrapada en la lucha entre lo que es razonable y lo que se rige por la pasión. Entre cómo vivimos en sociedad y lo cerca que estamos de la naturaleza.

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Bibliografía

  • Bremmer, Jan N. «Demonios griegos de las tierras salvajes: el caso de los centauros». Wilderness in Mythology and Religion: Approaching Religious Spatialities, Cosmologies, and Ideas of Wild Nature, 2012, degruyter.com
  • Nagy, Gregory. «¿Podemos pensar en los centauros como una especie?» Classical Inquiries, 2019, harvard.edu
  • Scobie, Alexander. «Los orígenes de los ‘centauros'». Folklore, vol. 89, nº 2, 1978, pp. 142-147, tandfonline.com.